Capítulo 2:

La influencia de Lord Henry

“La única manera de vencer a la tentación es caer en ella”

Cuando entraron, vieron a Dorian Gray. Estaba sentado al piano, de espaldas a ellos y pasaba las páginas de una partitura.

-Tiene que prestármela, Basil-, exclamó. Quiero aprendérmela. Es encantadora.

-Eso depende de cómo pose hoy, Dorian.

-Estoy cansado de posar-, respondió el muchacho girándose sobre el taburete del piano. Al ver a Lord Henrry se ruborizó.- Perdóneme Basil, pero no sabía que había otra persona con usted.

-Le presento a Lord Henrry Wotton, Dorian, un viejo amigo.

Lord Henry  extendió la mano. Le miró. Sí, en efecto era extraordinariamente hermoso, con sus sinceros ojos azules y sus pelo rizado. Parecía una persona confiable. No era extraño que Basil Hallward le adorara.

El pintor empezó a prepararse para retomar la pintura del retrato de Dorian Gray.

-No le importa que me quede, ¿verdad Basil?- dijo Lord Henry. Es bueno que su modelo tenga a alguien con quien hablar.

-Si Dorian lo desea, puede quedarse. Yo nunca hablo cuando pinto. Debe ser muy aburrido para los modelos. Usted, Dorian, no se mueva demasiado ni preste atención a lo que dice Lord Henry. Tiene muy mala influencia sobre todos mis amigos.

-¿Es cierto?- preguntó Dorian Gray

-No existe la buena influencia- contestó Lord Henry.

-¿Por qué?

-Porque no es bueno que las personas dejen de tener sus propias ideas. El objetivo de la vida es el desarrollo personal, pero hoy la gente se tiene miedo así misma.

En el rostro de Dorian Gray apareció una expresión nueva.

-Creo que la única manera de vencer a la tentación es ceder a ella -continuó Lord Henry-. Seguro que usted ha tenido ya pasiones que le han asustado, pensamientos que le han dado miedo y sueños que le avergüenzan.

-No sé qué decir. No hable. Déjeme pensar-, balbució Dorian Gray.

Lord Henry miró a Dorian. Sabía que era el momento de callar. Estaba sorprendido de la reacción del joven a sus palabras.

-Basilio, estoy cansado de estar de pie- exclamó Dorian-. Tengo que salir al jardín y sentarme. Aquí hace mucho calor.

-Mi querido amigo, lo siento. Cuando estoy pintando no puedo pensar en nada más. Ha posado usted mejor que nunca. No sé que le habrá dicho Harry, pero ha conseguido de usted una expresión maravillosa. No crea ni una palabra de lo que le diga.

-No creo nada de lo que dice-, respondió Dorian

-Sabe que se lo ha creído todo-, dijo Lord Henry-. Yo también saldré al jardín. Hace un calor horrible en el estudio.

-Me reuniré con ustedes más tarde-, dijo Basilio, que siguió pintando el retrato-. Va a ser mi obra maestra-, afirmó.

Lord Henry salió al jardín y encontró a Dorian aspirando el olor de las flores. Se acercó a él y le puso la mano en el hombro.

-Curar el alma a través de los sentidos y los sentidos a través del alma: ese es uno de los grandes secretos de la vida-, dijo Lord Henry.

Dorian Gray volvió la cabeza. Le gustaba aquel hombre alto y elegante. Su voz era fascinante. Pero a la vez, le asustaba y le daba vergüenza sentir miedo. ¿Por qué un desconocido le había descubierto su propio ser?

-Sentémonos a la sombra- dijo Lord Henry-. No quiero que se queme la piel.

-No importa-, exclamó Dorian Gray riendo.

-Debería importarle-, dijo lord Henry.

-¿Por qué?

-Porque es usted joven, y ser joven es maravilloso. Algún día será viejo y feo y tendrá arrugas. Ahora le gusta a todo el mundo, pero no será siempre así. Los dioses han sido buenos con usted, señor Gray, pero lo que los dioses dan también lo quitan. Tiene apenas unos años para vivir de verdad. Cuando se acabe la juventud se acabará la belleza. Disfrute de la juventud mientras pueda. Busque nuevas sensaciones. No tenga miendo de nada. ¡Juventud! ¡Juventud!

Dorian Gray escuchaba con los ojos muy abiertos.

De repente, Basil les llamó para que volvieran al estudio.

Se levanaron y fueron juntos hasta la casa.

El pintor miró durante un buen rato a Dorian Gray y luego, durante mucho tiempo, al cuadro.

-Está terminado-, exclamó por fin y escribió su nombre en la esquina del lienzo.

Lord Henry se acercó y examinó el retrato.

-Mi querido amigo, le felicito-, dijo. Es el mejor retrato de nuestra época. Señor Gray, venga y mírelo usted mismo.

Dorian no respondió, pero pasó con indiferencia frente al cuadro y luego se volvió hacia él. En sus ojos apareció una expresión de alegría, como si se reconociese así mismo. Permaneció inmóvil y maravillado al ver su propia belleza. Entonces pensó en lo que le había dicho Lord Henry. Un día dejaría de ser bello.

-¿No le gusta?-, preguntó Hallward.

-¡Qué triste!- murmuró Dorian Gray mirando el retrato. -¡Qué triste! Me haré viejo, horrible, espantoso. Pero este cuadro siempre será joven. ¡Ojalá yo fuera siempre joven y el retrato se fuera haciendo viejo!  ¡Daría el alma por ello!

-Creo que a Basil no le gustaría-, dijo lord Henry.

-Claro que no-, dijo Hallward.

Dorian Gray se volvió.

-Estoy seguro, Basil. Le gusta su arte más que sus amigos.

El pintor le miró con asombro. No se parecía a Dorian al hablar así. ¿Qué había pasado? Parecía muy enfadado.

-¡Dorian! ¡Dorian! -exclamó-, no hable así. -Esto es obra suya, Harry-, dijo el pintor.

Lord Henry se encogió de hombros.

-Es el verdadero Dorian Gray, eso es todo.

-No lo es. Odio este retrato y lo voy a destruir-, dijo el pintor.

-¡No, Basil, no lo haga! -exclamó Dorian Gray.

-Me alegro de que por fin aprecie mi obra, Dorian-, dijo  el pintor.

-¿Apreciarla? Me fascina. Es parte de mí mismo. Lo siento.

-Bien; tan pronto como esté seco, lo enviaré a su casa. Entonces podrá hacer usted lo que quiera.

-Vamos esta noche al teatro-, propuso Lord Henry.

-No puedo, de verdad. Tengo mucho trabajo que hacer-, dijo elpintor

-Bien; en ese caso, iremos usted y yo solos, señor Gray.

-Con mucho gusto-, dijo Dorian.

El pintor se mordió el labio y se acercó al cuadro.

-Me quedaré con el verdadero Dorian-, dijo tristemente.

-¿Soy realmente así?-, dijo el muchacho.

-Sí; exactamente así. No vaya esta noche al teatro, Dorian -dijo Hallward. -Quédese y cene conmigo.

-No puedo, Basil.

-¿Por qué?

-Porque he prometido a Lord Henry Wotton ir con él.

-No le gustará más  porque cumpla sus promesas. Él siempre rompe las suyas. Le ruego que no vaya.

-Tengo que ir, Basil-, respondió el joven.

Chapter 2

Lord Henry’s Influence

“The only way to get rid of temptation is to yield to it.”

Dorian Gray arrived as they entered.  He was sitting at the piano, with his back to them, turning the pages of a score.

“You must lend it to me, Basil!” He exclaimed. I want to learn to play.  It’s charming.

“That depends on how you pose today, Dorian.”

“I’m tired of posing” replied the young man, turning round on the piano stool.  Seeing Lord Henry he blushed “Excuse me Basil, but I didn’t know there was someone else with you.”

“Let me introduce you to Lord Henry Wotton, Dorian, an old friend.”

Lord Henry extended his hand.  He looked at him.  Yes, effectively,  he was extraordinarily beautiful, with his sincere, blue eyes and curly hair.  He seemed to be a trustworthy person.  It wasn’t strange that Basil Hallward adored him.

The painter started to prepare himself to retake the picture of Dorian Gray.

“You don’t mind if I stay, do you Basil?  Said Lord Henry.  It’s good for your model to have someone to talk to.”

“If Dorian wishes for you to stay, you may stay. I never speak when I paint.  It must be very boring for the models.  You, Dorian, don’t move too much and don’t pay attention to what Lord Henry says.  He has a very bad influence on all my friends.”

“Is it true?” Asked Dorian Gray

“Good influence doesn’t exist” replied Lord Henry.

“Why?”

“Because it isn’t good to allow people to have their own ideas.  The objective in life is personal development, but today people are afraid of themselves.”

A new expression appeared in Dorian Gray’s face.

“The only way to get rid of temptation is to yield to it” continued Lord Henry.  I am sure that you have had passions that have frightened you, thoughts that have scared you and that dreams that have shamed you.”

“I don’t know what to say.  Don’t speak.  Let me think”  stammered Dorian Gray.

Lord Henry looked at Dorian.  He knew that it was the moment to be quiet.  He was surprised at the young man’s reaction to his words.

“Basil, I am tired of standing” exclaimed Dorian “I must go out to the garden it sit down.  It’s very hot in here.”

“My dear friend, I am sorry.  When I am painting I can’t think about anything else.  You have posed better that ever.  I don’t know what Harry has said, but he made you have a marvellous expression.  Don’t believe a word he says.”

“I don’t believe anything he says” replied Dorian.

“You know you have believed it all” said Lord Henry. “I will also go out to the garden. It’s terribly hot in the studio.”

“I will meet you both later” Said Basil, who continued to paint the portrait. “It’s going to be my masterpiece” he confirmed.

Lord Henry went out into the garden and found Dorian inhaling the smell of the flowers.  Lord Henry approached him and put his hand on Dorian’s shoulder.

“Cure your soul through the senses and the senses through the soul – that is one of life’s big secrets” said Lord Henry.

Dorian Gray turned his head.  He liked this tall and elegant man.  His voice was fascinating.  But at the same time, he was scared and ashamed of feeling frightened. How had a stranger discovered his own self?

“Let’s sit in the shade” said Lord Henry.  “I don’t want to burn your skin.”

“It doesn’t matter” exclaimed Dorian Gray, laughing.

“It should matter to you” said Lord Henry.

“Why?”

“Because you are young and being young is marvellous.  One day you will be old and ugly and you’ll have wrinkles. Now everyone likes you, but it won’t always be like that.  The gods have been good to you Mr. Gray, but what the gods give, they also take away.  You hardly have any time to live the truth.  When youth ends, beauty will end too.  Enjoy your youth while you can.  Look for new sensations.  Don’t be afraid of anything. Youth! Youth!

Dorian Gray listened with his eyes wide open.

Suddenly, Basil called them to return to the studio.

The stood up and went together to the studio.

The painter looked at Dorian Gray for a good while and later, for a long time, at the picture.

“It’s finished” he exclaimed, finally and he wrote his name in the corner of the canvas”.

Lord Henry approached and examined the portrait.

“My dear friend, I congratulate you” he said.  It’s the best portrait of our time.  Mr Gray, come and look for yourself”.

Dorian didn’t reply, but walked indifferently infront of the picture and late turned towards it. An expression of joy appeared in his eyes, as if he recognised himself.  He stood motionless and marvelled at his own beauty.  Then he thought about what Lord Henry had said.  One day he would stop being beautiful.

“Don’t you like it?” asked Hallward.

“How sad!” murmured Dorian Gray, looking at the portrait.  “How sad! I will become old, horrible, hideous.  But this picture will always be young.  If only I were young forever and the picture became old! I would give me soul for it!”

“I don’t think Basil would like it” said Lord Henry.

“Of course not” said Hallward.

Dorian Gray turned.

“I am sure Basil.  You like your art more than your friends.”

The painter looked at him in awe. He didn’t think Dorian would speak like that.  What had happened?  He seemed very angry.  

“Dorian! Dorian!” He exclaimed.  “Don’t speak that way.  This is your doing, Harry”  Said the painter.

Lord Henry shrugged his shoulders

“It is the real Dorian Gray – that is all.”

“No it isn’t.  I hate this portrait and I am going to destroy it” said the painter.

“No Basil, don’t do it!” Exclaimed Dorian Gray.

“I am glad you appreciate my work at last, Dorian” said the painter.

“Appreciate it? It fascinates me.  It’s a part of me.  I am sorry.”

“Good, as soon as it’s dry, I will send it to your house. Then you can do what you want with it.”

“Let’s go to the theatre tonight” suggested Lord Henry.

“I can’t, really.  I have a lot of work to do” said the painter.

“Well, in that case, you and I will go alone, Mr Gray.

“With pleasure” said Dorian.

The painter bit his lip and approached the picture.

“I will stay with the real Dorian” he said, sadly.

“Am I really like that?” Said the young man.

 “Yes, exactly like that.  Don’t go to the theatre tonight, Dorian” said Hallward.  “Stay and have dinner with me.”

“I can’t, Basil.”

“Why not?”

“Because I have promised to go with Lord Henry Wotton”.

“He won’t like you more for keeping your promises.  He always breaks his. I beg you not to go.

“I must go” Replied the young man.